lunes, marzo 24, 2003

Yo no voy a la guerra


No me uno al clamor de todos por la paz, ni apoyo a la guerra totalmente, aunque hace tiempo que mis fichas han sido apostadas a la destrucción del ser humano, como todos los saben, llevo varios años perdiendo,
La indignacion de la mayoría de los blogueros me causa un desasosiego peculiar, todos se oponen a la guerra desde las comodidades de su casa, escriben tranquilamente contra la injusticia mientras ven caer las bombas sobre una ciudad lejana.
"Que Bush es un imbécil" vaya que destello de lucidez
"Que chingue su madre Bush" hombre, la originalidad del mexicano sigue sin tener madre
Antonio Flores vuelve a desbarrar y gacho, "amo el periodismo, la adrenalina y no se que madres" ya me imagino la cantidad de adrenalina que ha de surgir de leer partes de guerra ya censurados, frios y lejanos recortes que las grandes corporaciones de la información sueltan como migajas bien escogidas a los periodiquitos nacionales. La emoción de ver desde una ciudad cualquiera la transmisión "en muerto" de CNN o CBS, que pues mi toño.
La verdad, la guerra debería de empezar contra los pacifistas, que curiosamente tienen la habilidad para conseguir que los golpeen: "cerdos, salvajes, asesinos" creo que a nadie le gusta que le digan eso, y menos si le escupen a uno en la cara y menos cuando el que te lo dice se escuda con un niño o una mujer, por eso el macanazo en la ceja, el chingazo en el estomago, a estas gentes que sin querer aluden a la cobardía y la inadaptación humana debería caerles un misil para que sepan de que se trata el asunto. La paz está comprobado historicamente no está dentro de nuestra naturaleza.
Creo que debemos ocuparnos de asuntos banales y sin trascendencia, sólo tenemos esta vida y desperdiciarla en mensajes pacificistas o de protesta contra algo que no podemos controlar es un gesto entre adolescente y senil.
Cuando las misiles derriben nuestros edificios, cuando sean nuestros amigos los que terminan despedazados me gustaría verlos escribiendo los blogajos de indignación, o mejor aun, leer blogs de Argentina, Chile o España de gente indignada por lo que nos sucede, sinceramente no me gustaría que eso sucedería, aunque tal vez si, sólo para que lean lo que se siente.

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