miércoles, marzo 15, 2006

Amor a la escritura


Cuando alguien empieza a utilizar palabras que nombran otro oficio para referirse al de escribir lo primero que pienso es que esa persona no tiene idea de lo que está hablando, lo que sigue es pensar que busca disfrazar su falta de talento enalteciendo un oficio que no se atreve a practicar. obreros de la palabra, fabricantes de belleza, alfareros del lenguaje, los artesanos del verso y construcciones por el estilo cagatintas es lo que son les diría Onetti, yo simplemente digo que quienes se expresan asi de la literatura estan diciendo puras mentiras, tratan de enaltecer su pobre desempeño, y se refieren sobre todo a lo arduo, laborioso y extenuante que les resulta escribir un solo verso, viéndolo de esa forma, comprendemos que esos poemas regulares les han costado un gran trabajo, por lo tanto escribir un buen poema muy bien puede llevarles toda la vida.
Cuando uno escribe uno busca crear algo que sea grandioso (sea lo sea que eso signifique) algo que no existe, desgraciadamente cuando nos avocamos a nuestras lecturas, nos damos cuenta que lo que deseamos es por lo menos repetir algún tipo de proeza narrativa o poetica, a lo mucho soñamos con eso, no tenemos talento, es que no tenemos talento, lo que pasa es no tenemos talento… dice Gonzalo Rojas en su poema Rimbaud. Refiriéndose a que a lo mucho somos una repetición de todo lo que se ha escrito, y a que deseamos en nosotros la maravilla del relámpago a la que sólo llegan algunos elegidos.
La posteridad se presenta a lo lejos como un letrero viejo de neón, al acercarnos la letras rotas nos dejan leer con claridad la palabra pretensión.
Si amar algo es respetarlo, me parece equivocado que la gente diga que le cuesta escribir, admito que es un trabajo, un oficio para ser preciso, un oficio que al igual que todos se aprende, y en la práctica se mejora, e insisto si es un trabajo, y el trabajo enaltece al hombre, pero como lo dijo Buñuel en una película: sólo el trabajo que se hace con gusto, que se disfruta, enaltece al hombre no el que se sufre, el que duele, el que te va destruyendo y solo sirve para mantener a los ricos me quedo con la primer parte de la frase, digan lo que digan, incluso los escritores que nos duelen, disfrutaron escribir lo que escribieron.
Tal vez se sufre al encontrar tiempo para escribir, las ideas se diluyen entre la rutina terrible y los compromisos innecesarios, ese cuento o aquel poema desaparecen conforme el dia avanza entre la podredumbre del tedio y las urgencias emotivas, y hay que aceptarlo, lo que no escribe hoy, no se publicará, perdón, no se escribirá mañana, si no se escribe de inmediato, ese relampago surgido de tanto picar piedra, puede desaparecer entre el mar de asuntos que estan pendientes en nuestra cabeza, ese resplandor a la hora que lo podamos escribir ya habrá perdido parte de su intensidad. La vida es mas dura de vivir que de escribirla, incluso Cioran, o Bukowski confiesan haber disfrutado escribir lo que escribieron en sus momentos de mayor desesperación, y lo hicieron en cuanto tenían oportunidad.
Por que si algo es verdad, es que el momento ideal para escribir no existe, en su poema air and light and time and space Bukowski lo dice tranquilamente: el aire y la luz y el tiempo y el espacio nada tienen que ver con el acto de crear y no crean nada a excepción de una larga vida para encontrar nuevas excusas.
En otras palabras, no se escribe en comodidad alguna, no hay tiempo, lugar, luz ni espacio, el que escribe tiene que escamotearle unos minutos al día y aprovecharlos lo más que puede.
El punto de todo esto es que esos minutos deben de ser algo irrepetible, algo que se disfrute, entender que esos instantes robados a la rutina, a este infierno quea veces es la vida debemos disfrutarlos, ese escaso tiempo que le sacamos a los apretados bolsillos de la costumbre deben de hacernos sentir libres, sin prejuicios, invencibles, por que esos momentos son irrecuperables.
Todo aquel que llega a decir que sufre al escribir, que este oficio duele, que es infame, incomprendido, agotador ¡ingrato!!!, no le crean, es alguien que no ha entendido de que va el asunto, la vida duele, eso si es cierto, pero tambien es natural que así sea, pero escribir es otra cosa, asi y se hagan fieles transcripciones de la miseria humana, el que lo escribe realiza una especie de liberación, está buscando salvarse, si uno escribe que el mundo es una mierda, el poder hacerlo lo hace menos mierda, aunque sea por ese momento nada más escribir debe salvar tu pellejo, si no lo hace deja de hacerlo dijo tambien Bukowski, y lo dice Cioran, e intentó decirlo Dostoievski que de todos fue el único que jamás pudo salvarse.
Pero, sea lo que sea, escribir debe ser un placer, si no lo disfrutas no lo hagas. Y si aun asi insistes, por favor, ya no te quejes.

domingo, marzo 12, 2006

¿La vida es sueño? I


Hace poco volví a ver Jacob’s Ladder esa tristisima película con Tim Robbins y Elizabeth Peña, y que en México malamente titularon “Alucinaciones del pasado”, la cinta trata de los sueños y pesadillas que un hombre sufre durante una larga agonía, en ellos el hombre vive separado de su esposa y sus tres hijos, ha iniciado una nueva relación y sufre por el recuerdo del menor de sus hijos quien murió atropellado, su vida comienza a alterarse al descubrir que los recuerdos de sus años en el ejercito durante la guerra de Vietnam le estan causando una serie de alucinaciones, delirios de persecusión y una paranoía in extremis: ve mounstruos por todos lados, sufre una fiebre terrible y su hijo muerto se le aparece de vez en cuando.
A la mitad de la cinta el hombre despierta en su otra casa, con su esposa y sus tres hijos, le dice a su esposa que tuvo un sueño muy extraño,en el que vivia con su compañera de trabajo, “te imaginas, con esa loca”
Al final, se los cuento porque soy una persona malvada, resulta que el joven Jacob jamás abandonó la sala de urgencias improvisada en algún rincón de Vietnam, desde que fue herido en una emboscada, rescatado por la unidad médica e intervenido por dos paramedicos jamás tuvo otra vida mas que esa que se le fue escurriendo a borbotones y que ensuciaba el piso de ese lugar, nada de lo que el vivió fue real, todo fue una serie de sueños que a la larga construyen una vida, ni sus dos esposas, ni sus tres hijos, ni siquiera sus alucinaciones en otro mundo fueron reales, o en el mejor de los casos todo fue un perpetuo delirio, la frase final de la película, como luchó este desgraciado dichas por el doctor que lo atendió hasta su muerte no dan lugar a otras interpretaciones, Jacob sufrió y gozó su vida en el universo de su mente, y ya, fin de la historia.
La referencia elemental es el cuento de Julio Cortázar La noche boca arriba no les platico el cuento porque soy una persona malvada, pero el asunto va por lo mismo, los realizadores de Jacob’s Ladder ignoran totalmente la existencia de ese cuento.

¿La vida es sueño? II


Toda mi adolescencia sufrí un sueño recurrente, mi cuerpo empezaba a endurecerse, a quedarse tieso, cuando cuento este sueño todo mundo le encuentra connotaciones sexuales, la verdad es que era un sueño terrible, para evitar el endurecimiento total de mi cuerpo tenía que despertarme, acto que me costaba mucho trabajo, la otra opción era mover la extremidad endurecida, lo que tambien requería un gran esfuerzo, yo despertaba y la sensación de que mi cuerpo se entumía regresaba, me la pasaba despertando durante la noche entera, soñabas que despertabas me dijo un amigo. Ahora que lo pienso creo que tenía razón, ese sueño era agotador y me duró cerca de 5 años.
El otro sueño era pura sugestión, puedo decir que varios meses tuve frente a mi la luz celestial de la que hablan los que dicen haber regresado de la muerte, mi ventana, que era grande empezaba a brillar hasta lograr un blanco absoluto y etereo, sólo era cuestión de levantarse y entrar en ella, nunca me atreví a hacerlo, pasado un rato la luz se avalanzaba sobre mi, y yo despertaba, creo que mucho antes de razonarlo ya le tenía miedo a la vida eterna