miércoles, mayo 07, 2003

El S. O. S. del antiblog


El buen fabio me mandó un correo del que no entendi gran cosa, al parecer lo escribió de prisa perseguido por una legión de probloguitas, sin embargo en lo que lei alcanzo a dilucidar lo siguiente:
Su template se descompuso y no ha podido postear nada, al parecer le urge ayuda.
Si alguien puede brindarserla se lo agradecera no solo Fabio sino sus lectores.

Vecinos, nada mas bello que la convivencia


Voy por la tercera mudanza, se acerca la cuarta a una casi definitiva permanencia, mientras eso sucede hago memoria de esos lugares que habitamos desde hace cinco años mi esposa y yo, cada lugar ha sido el adecuado para estar dentro, pero el exterior siempre nos ha sido adverso, los vecinos, los demas, o el otro nunca nos ha sido grato, va pues un breve recuento de estos contactos con el mundo exterior:

Está borracho el borracho


Nuestro primer sitio fue un departamento en un tercer piso de un fovisste, estos edificios que en unos cien años (no creo que duren mas) seran vistos casi como las ruinas de paquime o como singulares construcciones para suicidios masivos según la primera vision de los extraterrestres que toquen tierra.
6 departamentos donde viven, la mayoria de las veces maestros o maestras retiradas, la mejor posición es el tercer piso o el primero dicen algunos, no hay tal verdad, ninguna posición es buena en esos lugares.
El primer contacto con los vecinos lo tuvimos en una junta extraña que fue convocada por algun tipo que se quedo sin cajon de estacionamiento, un problema simple derivaba en otros: que si una gotera, una fuga de gas, el perro del vecino, o los gatos, todos firmamos una hoja donde aceptábamos un cajon de estacionamiento asignado.
-nos podemos ir ya?- preguntamos cuando una mujer le reclamaba algo a un señor sobre unas macetas rotas
Nos fuimos antes de que mi vecina sacara a colación un acto totalmente salvaje e irracional de mi parte, a eso de la media noche me pusé a cepillar una puerta que acababa de comprar y no podia hacer encajar en el marco que daba al balcon, la vecina toco unos diez minutos, yo no la escuchaba, se imaginaran porque, por fin abri y me tope con una señora muy amable pero con un gesto de "que chingados le pasa"
-oiga señor, no le parece que no son horas para ponerse a cepillar una puerta contra el piso?
-disculpe, es que por la mañana voy a la escuela, la tengo que poner ahora si no-
-y usted que alguien va a subir tres pisos para meterse por fuera-
-no verdad?- conteste dándome cuenta de mi idiotez
-hasta mañana, que descanse- se despidio y bajo las escaleras

El segundo contacto fue algo perpetuo y desagradable, en el segundo piso un maestro retirado dedicaba su tiempo extra a beber desde las 10 de la mañana a 10 de la noche, no habia ningun problema, salvo que nunca me invito un trago y que este acto de beber perpetuo lo realizaba sentado en las escaleras, estorbando para ser mas claro.
Yo todavía estaba en la universidad y trabajaba por la tarde en un periodico, asi que a mi me tocaba verlo iniciar su ritual de doce horas, pero a mi esposa le tocaba ver el intermedio, el hombre ya no estaba sentado bebiendo, sino totalmente borracho y desparramado en el piso, era un tipo horrible, del color de una botella de negra modelo, los ojos grandes, el pelo chino y sucio, cuando nos cambiamos de casa mi esposa lo primero que celebró es no volver a verlo.

La barbacoa y el homeless


La segunda casa la recuerdo muy bien, es donde he durado mas tiempo pero aparte, por que la virtud de hallarse al nivel del suelo me puso en contacto con mas gente y sobre todo, como olvidarlo, con los fenómenos naturales.

La casa se inundó, perdi con ello unos 70 libros y unos 30 cassetes, el agua en la calle me llegaba a las rodillas, cuando abri la puerta de la casa salieron como una metáfora de los balseros cubanos mis casetes de silvio Rodríguez, eso fue solo el principio, en la mañana el agua habia desaparecido, quedaba una gruesa capa de lodo en todo el piso, lo primero que busque fueron mis libros, hice todo lo posible por rescatar algunos, por ejemplo la primera edición de tropico de cancer en español, cierto que ese libro mas que fe, tenia milagros de erratas, pero bueno, uno tiene su corazoncito, no se salvo nada.
Lo bueno de los hijos es que lo hacen a uno precavido, habia dejado los libros malos al nivel del suelo, el joven diego ya gateaba y si tenia en las manos una pluma o un lapiz…

Los vecinos de la izquierda vendian con bastante éxito barbacoa todas las mañanas, asi que siempre habia un carro estorbando en la cochera, cada tercer dia teniamos que ir con los vecinos y preguntar si sabia de quien era ese carro, curiosamente la gente con un taco de barbacoa en la mano o en la boca se vuelve de lo mas amable
-es mio, ahí lo muevo, usted disculpe- me decia un hombre que se subia a su auto con taco en mano
Llegamos a ir tantas veces a solicitar que los clientes movieran su carro, que cuando yo iba a comprar barbacoa la mujer del negocio me la regalaba, asi fueran dos lonches, una orden o un kilo
-no como cree, cuanto es?- le decia yo
-tomelo, por las molestias?-
-cuales molestias, es su negocio?- le respondia con el dinero en la mano
-andele, andele, no se apure-

Ahora que lo pienso, esas personas eran muy buena gente, otros me hubieran dado puro quiote, pero la verdad, si habia una molestia, esta bondadosa gente le regalaba una orden y una soda a un zarraspastroso vagabundo que la disfrutaba tranquilamente en el piso, casi acostado frente a nuestra cochera, si no estaba acostado ponia su bicicleta, (si es que puede llamársele asi a un cuadro de bicicleta con rines pero sin llantas ni cadena), asi que yo realice varios pasos hacia el cielo cada vez que amablemente le pedia que por favor se moviera
-ahí usted disculpe, pero lo voy a molestar- le decia con mi mejor cara
De haber sabido. El muy cabron hijo de la chingada no se movia si yo no le sugeria con total cortesía que lo hiciera, asi hubiera encendido el carro, asi fuera de reversa sobre el, nunca se movió, llegue a sospechar que lo hacia a propósito, asi que desde muy temprano sacaba la parte trasera del carro hasta la media calle, y no lo van a creer, ahí estaba el tipo o su bici siempre estorbándome, asi que los clientes de la barbacoa no eran una gran molestia, era la bondad de los empresarios la que me jodia todos los dias.

Vecinos luchadores


La tercera casa era muy amplia, de hecho ahí bailó (en el buen sentido) el maestro sierra y demas compañía, nos gustaba mucho, pero era vieja y ya estaba entrando en proceso de descomposición, a eso de las nueve la noche crujian todas las paredes y por las tardes un peculiar ruido sin ritmo se escuchaba en la casa de a lado, parecia que los vecinos se entretenian dándose de golpes, no en el cuerpo sino a toda la casa
-han de ser luchadores- le decia a mi esposa mientras cenábamos
Pero no, eran una pareja ya grande muy tranquila, con hijos tambien mayores, de hecho uno de ellos trabajaba en el mismo periodico que yo, tenian niños pero tambien eran muy tranquilos
Empezamos a sospechar que las escaleras eran las que hacian esos ruidos, pero hay una extrema diferencia entre el ruido que se hace al bajar las escaleras caminando y el que escuchábamos: alguien cayendo o en su defecto siendo lanzado escaleras abajo, nunca supimos que era ese ruido, los señores nos parecian de lo mas decente y con bastante edad como para suponer extrañas y peligrosas rutinas de apareo, asi que nos fuimos de esa casa sin descubrir la verdad.

Pues que feitos, no?


Esta es la frase que decimos todos los dias desde que nos cambiamos aquí, es un barrio poblado por entes de todas las edades, asi que los vecinos de uno, no solo son los que viven a un lado, si no los de enfrente y los que viven a un lado de los de enfrente.
Este es un barrio que me demuestra la regresión del ser humano a estados primitivos, la gente no habla grita, y cuando esto no es suficiente usan el claxon o el ruido que producen sus llantas contra el asfalto, sustituyen el "ya llegue" o el "ya me voy" por el complejo acto de hacer rechinar sus llantas en el piso.
Lo peor del caso es que por aquí vive un edgar, asi que las primeras veces que oia gritado mi nombre yo abria la puerta como un imbecil.
Los primeros vecinos, (al parecer la casa de a lado esta maldita, pues solo la habitan familas numerosas que van de los 9 a los 18 individuos) fueron unos hombres del sur que vendian tepache, a eso de la siete de la tarde todo lo que escuchábamos era una oración que tendría poco éxito en cualquier iglesia:
-no guey, no seas pendejo, ah que la chingada, pues tu guey, que chingados le paso a esta madre, donde anda este guey, si seras pendejo, ya ni la chingas, pues aquí el unico pendejo...- y asi hasta la una de la mañana que era cuando terminaban de lavar los barriles de madera y los triciclos donde distribuian el tepache.
Por la tarde habia moscas en las hermosas lilas que tiene la casa, no eran hojas, ni siquiera el fruto inservible, moscas, moscas es lo que colgaba de esos pobres arboles.
Un dia se fueron sin dejar huella, y digo que no dejaron, porque nosotros, a pesar de fumigar cada mes, nos enfrentamos a una invasión terrible de cucarachas que duro dos meses y medio, ante la falta de azucar las cucarachas tepacheras decidieron invadir lo mas cercano, lo mas cercano fuimos nosotros.
Durante la noche, ya idos los pinche madre, pendejo, como estás guey de estos hombres, los seguimos escuchando pero dispersos, el ruido de los demas vecinos decora nuestras tardes
-lennnchaaaaa, lennnchaaaa, salele guey-
-que onda pinche perra, a donde se fueron el viernes-
las jóvenes debutantes de la maternidad hacen aparicion en la casa de enfrente
-que ya no te piques la cola mijo-
-te vas a caer pendejo-
-ay pinche cindy ya te volviste a cagar, pinche niña marrana-
los jóvenes solteros que tambien hacen ruido me parecen todos unos caballeros
-vas a ver pinche puto hijo de tu chingada madre-
-tu y cuantos mas culero-
-pues dejate cae pinche culo-

Los vecinos de ahora traen autos nuevos de contrabando, nada tengo contra este negocio, somos frontera, lo que me molesta es ver una Lobo 2002, o un Taurus 2003 donde se supone deberia ir mi celebrity 89, son fregaderas, aparte de ocupar el espacio de mi cochera me humillan con el auto que utilizan para hacerlo.
Esta gente gana buen dinero, no me engaña sus pesimas ropas ni la fealdad de sus esposas y sus hijos, nunca lo haran, hacer fiestas hasta las cuatro de la mañana los domingos, martes o jueves no es una costumbre de los pobres.
En semana santa les llegaron visitas, el sabado escuchamos la primera trompeta del apocalipsis, al parecer, según alcance a oir (como evitarlo si fueron puros gritos) es que alguien no habia comprado los boletos para regresarse
-cabrones desobedientes, con una chingada les dije pendejos, que los compraran temprano, chingada madre, pero no, aquí me tienen como su pendeja haciendo las pinches maletas, pero van a ver hijos de la chingada como les va a ir...- esto lo decia la madre de ellos, al parecer fue la unica que se regreso (o regresaron) a su tierra.

Aquí sigo, en menos de dos meses me retiro, mientras disfruto como tiemblan las paredes y los vidrios de mi casa cada vez que algun adolescente me demuestra que no sabe hacer patinar su carro, pero que para comprar bocinas para su auto tiene un don especial.
ponchis ponchis ponchis ponchis ponchis… ponchis ponchis ponchis
ponchis ponchis ponchis ponchis...

No hay comentarios.: