lunes, febrero 17, 2003

Tradición y reincidencias



leo con bastante pena el ataque certero y sistemático en contra de Octavio Paz, nada más lamentable que escupir sobre el muerto, sobre todo si no lo conocimos, hace 10 años a nosotros nos enseñaron a respetar al viejo ojo y rabo verde, para los iletrados, Octavio Paz fue un maestro, se empezaba por Águila o sol, luego Libertad bajo palabra, El laberinto de la soledad y ya los atrevidos fueron sobre los ensayos claves, los contenidos en Excursiones e incursiones e Ideas y costumbres.
El mejor recuerdo porque me resultó peor que un golpe bajo fue Versiones y diversiones, ahí ando buscando versos que Paz con toda tranquilidad quita por no decir que se traga, o por otro lado, buscando de donde sale ese verso que el cabroncito inventa y escribe para que su versión quede muy bien, lo mejor es conseguirlo en la edición de galaxia gutemberg, es bilingüe y uno mas o menos ve las trampas, los desaciertos y los muchos aciertos de Paz a la hora de traducir.
Aquí viene lo grave del asunto, en México hay mejores traductores que Paz, baste como ejemplo Bonifaz Nuño y Francisco Cervantes, ni modo, hay que aceptarlo, y si nos vamos por ahí llegaremos al hilo negro de este no tan misterioso odio a Octavio Paz, hay mejores poetas mexicanos que Paz, si muy cierto, ensayistas no lo sé, pero supongo que si, críticos literarios, cronistas, por supuesto que si.
Pero el Nóbel de Paz fue meramente político, fue el latinoamericano mejor portado. ¿Hubo alguien capaz de defender su visión sobre el apocalipsis del socialismo cuando recién hizo aparición en Europa? ¿Hubo alguien lo bastante insensato para decir que eso que viene va a fracasar mientras todos los intelectuales, más viejos, más jóvenes y los de su misma edad aplaudían la llegada de los tanques rusos a la ya de por si tristísima Checoslovaquia?
¿Que fue lo que paso? Que todos los intelectuales latinoamericanos señalaron a Paz diciéndole aparte de imbecil, burgués, vendepatrias, capitalista y válgame dios, deshonra de México.
Los intelectuales latinoamericanos resentidos con el imperialismo abrazaron en su mayoría otra bandera, aquí lo grave es que si, apoyaron las dictaduras, las masacres sistemáticas, la represión absoluta contra los artistas.
Que bello es ver morir a otros en nombre de la libertad, mientras el pendejisimo de Paz dice: eso esta mal. ¿Qué va a saber ese burgués que ama el dinero y el poder? ¿Qué va a saber él, nieto de un abuelo perseguido y encarcelado? ¿Qué va a saber ese soberbio que sabia que sus amigos morían en España uno a uno?
Ese tipejo es un vendido, no sabe que para que la libertad se erija sobre el mundo es necesario que mueran los pobres, los opositores, los artistas, los homosexuales, las prostitutas, que el sexo se reprima, que la libertad solo es bella cuando se prohíbe.
¿Que va a saber pues este funcionario de estado que se la pasa leyendo? Que no ha estado en Cuba o en Moscú, y que no ha recibido el trato que merece un artista universal, caviar, vinos añejados, prostitutas adolescentes y bien educadas en el placer, bailes de gala, aplausos no pagados, ¿Qué va a saber él?
Yo si, (dijeron muchos) yo si he ido a Rusia y a cuba y todo es belleza y esplendor, de hecho a mi pasearon en un auto de reciente modelo, todos unos caballeros, nunca me dejaron bajarme del auto ni pasear solo, me cuidaron, no me fuera yo a perder entre los destellos del progreso y la libertad.
Pobre Paz, nunca supo nada de esto, porque nunca acepto la invitación a estos sitios donde la libertad lleno los callejones de sangre.

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