lunes, febrero 17, 2003

A la defensa de Octavio paz:



Una entrevista con Jorge Reyes y González, alias "el jotkeís"

El joven silva y yo ayudados por el periodista Mauricio Rodríguez hemos localizado no sin gran esfuerzo un eslabón perdido en la historia de Octavio Paz, sabiendo que en Juárez sobrevive una de las personas más emblemáticas y fundamentales en la vida de nuestro gran escritor, nos dedicamos a localizarlo y hacerle una entrevista reveladora y escandalosa, este hombre que se llama Jorge Reyes y González, mejor conocido como el jotkeís, fue compañero de Octavio Paz desde la primaria hasta la prepa, ahí sus vidas se separaron, Jorge Reyes y González desde niño al igual que Octavio Paz creció entre las letras, y de hecho, aun vive de ellas: es rotulista, o como él dice, un verdadero hombre de letras; transcribo entonces parte de la entrevista que logramos rescatar de la grabadora chamuscada de mauricio, este muchacho tiene la mala aparte de peligrosa costumbre de tirar los cigarros prendidos en su morral de tela, buen provecho.

ER: Señor Reyes y Gonzáles, ¿cuándo conoció usted a Paz
JRG: dígame jotkeís, me siento mas a gusto, yo a Paz lo conocí en la primaria Héroes de Nacozari, antes El Zacatito, ahí por Mixcoac, era un niño muy retraído, por los ojos verdes le pusimos el "italianazi", pero con el tiempo, cuando supimos que aparte de ser mexicano tenia la triste desgracia de moquear mucho, le pusimos simplemente "el moco" parecía como si lo verde de los ojos se le bajara a la nariz.
ER: ¿Había algo que llamara la atención del niño Octavio?
JRG: Era muy niñariego, todas las niñas querían pasar el recreo con él, nos daba mucha envidia, yo la verdad cada rato iba a darle de madrazos, nos peleábamos a cada rato, eso lo recuerdo muy bien, clarito como si lo oyera: ya jotkeís, no me pegues, ya estuvo chingada madre. (Risas) pero sabe que, no lo hacia yo por maldad, yo lo estaba entrenando para el futuro, sabe porque? Porque un lunes durante los honores a la bandera el niño Octavio en vez de decir el juramento a la bandera dijo: el mexicano es, no por su deseo, es la circunstancia lo que lo orilla a la tiniebla luminosa de pertenecer a una tribu despojada, ya sin su lenguaje el mexicano se reconstruye, es" no dijo mas porque la maestra ya lo llevaba de las patillas a la dirección, con decirle que hasta se les veían los pies. Desde ese momento dije, este moco acaba de complicarse el futuro.
ER: señor jotkeís, fue en la secundaria donde se desarrollo entre ustedes dos una fuerte amistad. ¿no es así?
JRG: jotkeís a secas, por favor, me haces sentir muy viejo, y si efectivamente fue en la secundaria donde yo supe que el moco escribía, fue mejor que el darme cuenta que hablaba solo, aunque estuviera uno platicando con el, el hablaba solo, conversaba con el mismo todo el tiempo, el problema es que lo hacia en voz alta, pero debo confesar con un poco de pena que yo fui el causante. se lo voy a platicar.
Una vez en el centro histórico nos estábamos tomando unas naranjadas, una sabrosura en aquellos tiempos, no como las aguas pintadas y mirindosas de ahora, por eso los niños traen las dentaduras como las traen, piloncillo, eso si es bueno y natural, ahora pura química...
ER: perdón jotkeís, qué pasó con Octavio paz en el centro histórico
JRG: así, perdón, pues le digo que estábamos ahí muy a gusto viendo pasar a las muchachas y de pronto el moco se queda quieto, como ido, viendo la catedral construida sobre el palacio mayor y entonces me pregunta
- jotkeís, ¿qué crees que es ser mexicano?-
-no mi moco ahora si me la pusiste difícil-
-precisamente jotkeís, la dificultad es encontrarnos, no crees
-pues la verdad eso es muy complejo-
-lo complejo esta en la comprensión de nuestras raíces, pues no somos mas que las ramas de una gran tradición
- uta pinche moco, ya me lo pusiste en chino-
-la tradición oriental permanece lejana a nuestras visiones de occidente, jotkeís, permíteme decirte que has dado en el clavo-
-¿cuál clavo pinche moco? si yo no he dicho nada-
-el no decir nos representa, el mexicano es un viajero hacia el silencio, a eso esta condenado mientras no se libere de las cadenas impuestas por su origen-
-mira pinche moco, ya me estas cansando-
-el agotamiento, sin duda, a pesar del desastre es la solución, las tradiciones deberán ir cayendo por agotamiento, justamente como lo has dicho jotkeís
-yo? pero yo?
-el yo, buen punto jotkeís, ¿has estado leyendo a Nietzche o lo tomaste de...
Aquí le metí un chingazo y me fui caminando a la Alameda
ER: muy interesante, bastante, ¿que más recuerda jotkeís?
JRG: las peleas, sabe que la noción de barrio no es de aquí del norte, es de todo el país, entonces, a cada rato el andarse peleando quesque por el honor de las chiquillas de la colonia, contra los de la otra secundaria, cuando ya las peleas no eran efectivas sacábamos al moco a que hablara en la calle, era la dispersión total.
El y yo nos seguíamos peleando a cada rato, ya fuera por las viejas o por las letras, esas fueron hasta su muerte la causa de sus batallas
ER: puede especificar, ser más preciso.
JRG: claro que si, le voy a contar una historia nada mas, ya se esta haciendo tarde y su amigo ya van tres caguamas que me chinga, no crea que no lo estoy viendo
ER: qué onda maury, reponle las caguamas al jotkeís
JRG: y me traes unos faros de una vez pinche gandalla
ER: continúe jotkeís
JRG: como ya sabes, lo que al moco y a mi nos unió fueron las letras, tanto él como yo crecimos entre letras, él las de los libros, yo en las de los carteles y los muros, coincidíamos en que a la letra hay que tenerla en la cabeza antes de plasmarla, esto los dos lo aprendimos de nuestros abuelos, pero el moco traía un rollo de la tradición y la vanguardia y decía que yo era la vanguardia, cosa que no me gustaba porque así se llamaba una tlapalería que nos vendía pinturas muy caras y rebajadas con agua, los muy hijos de la chingada, de puros corajes mataron a mi abuelo, tan buena persona que era, el me enseño todo lo que se, el si era un artista, no Cómo el moco o como yo, carajo, quiere un tequila?
ER: no gracias, nunca he aprendido a tomar tequila
JRG: es culpa de pedro infante y jorge negrete, no mas ellos toman tequila así, pura agua, sabia usted que los dos eran abstemios, no usaban alcohol ni cuando se cortaban, par de jotos, ¿le conté que conocí a cantinflas?
ER: no jotkeís, que interesante, pero podemos regresar al moco
JRG: a claro que si, un día llego el moco algo desesperado
-quiero que me pintes pero en chinga, la palabra chingada-
-ah chingados y para que-
-mira jotkeís no chingues, tu píntala nomás-
-así nomás, porque te dio tu chingada gana, de perdis por favor pinche moco chingado-
-ah pero que ganas de chingar traes ora pinche jotkeís, píntala y ya, y que te quede muy chingona-
-claro que va quedar bien, la neta para esto soy muy chingón-
-pues órale guey, como vas-
-escribí la palabra chingada en letras rojas, con letra dura, gorda, de palo seco le dicen ahora, -ahí esta tu chingadera pinche moco le dije-
-te quedo bien pinche jotkeís, puedes pintar la palabra chingando?-
-no que chingados, ya estuvo pinche moco, que crees que la pintura me la regalan, y la chingada tabla esa me la pagas antes de irte-
-te pago pura chingada-
-órale pues pinche moco culero-
-sabes que, ya me voy, chingas mucho pinche jotkeís -
-oye moco espera, se te olvido esto-
-que jotkeís -
-que te vayas a chingar tu madre-
-pues chinga la tuya guey-
ER: vaya, eso si fue muy revelador
JRG: a mi me dijeron que ese dialogo venia en un libro de el, el jardín de la soledad, o algo así
ER: el laberinto, jotkeís
JRG: esa madre, ya van dos veces que lo leo y no me aprendo el nombre, ni he encontrado el dialogo, usted sabe en que pagina esta?
ER: Que yo sepa no viene, no así como usted lo cuenta no
JRG: pinche moco rata.
ER: ya para irnos jotkeís, y dejarlo descansar, que paso cuando el moco se gano el Nóbel, como se entero usted, donde estaba, que sintió.
JRG: pues estaba yo en mi casa allá en México, y mientras leía el periódico me estaba comiendo una torta de frijoles de esas que hacia mi mama, ah mi mama tan buena que era para cocinar, sabe que esas tortas ni a mi no me salen tan buenas, casi, pero no, yo cada rato le preguntaba pos que les echas, nada mijito, puro frijoles negros guisados con manteca de puerco mijo, pues es que a mi vieja no le salen jefa, pero sabe que, ahora que enviude encontré el secreto, raspa usted poquito piloncillo con...
ER: jotkeís disculpe que lo interrumpa, que paso cuando el moco se gano el Nóbel?
JRG: a si hombre, pues estaba yo muy entrado con la torta, quiere que le diga el secreto de las tortas?
ER: después
JRG: pues si quiere, usted se las pierde, si quiere orita le hago unas para que sepa,
tal vez así se interese.
ER: no gracias, siga con lo del moco.
JRG: pues veo la foto en el periódico, en primera plana, luego luego grito,
-jefaa, jefa, el moco salió en el periódico-
-ay pobre señor, pos ahora que hizo-
-quesque se gano un premio-
-ah de ser a lotería mijo, ya ves que si cae-
-no jefa, es el Nóbel-
-¿el noble? va pos que raro que se lo hayan dado a el, ya ves que a la seño Elena la dejo ahí toda panzona. -
-no jefa, así no fue, pero el premio es el Nóbel, no el noble-
-no pos ya decía yo, porque si fuera el noble pues hay otros que son mejores personas que el y no salen tanto en la tele, fíjate que la otra vez me contaron que cuando vivió allá en la india...-
-ya le he dicho jefa que no me gusta que hablen mal de mis amigos, aunque sea verdad, ah que mi pinche moco, que premio tan chingón, te lo mereces pinche moco-
Así fue, no pude hablarle, yo tenia ganas de picharle unas naranjadas y platicar un rato con él, hasta le iba a regalar un cartelón diciendo "el moco es muy chingón" pero no ya no se pudo.
ER: usted cree que el se haya acordado de usted, es decir, casi no hay referencia a usted en su obra
JRG: aguas, aguas, se esta quemando tu amigo
El mauri ha vuelto a lanzar su cigarro al morral, el jotkeís le echa tequila y yo cerveza, lo apagamos
JRG: bueno en fin, sobre esa pregunta le tengo una respuesta que lo sorprenderá.
ER: a ver
JRG: usted sabe que el moco siempre habla de la otredad, así se dice verdad, que el otro para acá, que el otro para allá, los otros y las otras, pues déjeme confesarle que yo precisamente, acá entre nos, yo soy "el otro".

Fin de la entrevista.
en la siguiente Jorge Reyes y González nos contará cómo es que se convirtió en "el otro" al que hace referencia de manera constante nuestro laureado escritor Octavio Paz, mejor conocido como el moco.

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