viernes, octubre 10, 2003

Mis platicas con alí chumacero


Como ustedes saben el maestro Alí es compilla, como nos hicimos amigos, pues muy sencillo: leyendo poesía en una cantina. Justamente en el primer aniversario de la cervecería la brisa. El leyó, yo lei, el me aplaudio, yo le aplaudí y ya. Nos hicimos compillas.
cada vez que viene a juarez trató de platicar con él sobre temas que me tienen intrigados y que por lo general no me dejan dormir. por ejemplo un día en un encuentro bajando unas escaleras le pregunto:

Oiga maestro, y usted se sabe sus poemas de memoria o todavia los lee desde sus libros?-
-ah cabrón, y yo que chingados voy a leer, -contestó y regresamos al cuarto por sus libros-


En otra ocasión estando allá en el D. F. Silvaman y yo para presentar nuestros libros y teniendo como anfitriona a la pesada de María Rivera (tanto en sentido literal como en figurado), y que por cierto andaba más pesada porque al siguiente día presentaban su libro con el que había ganado el Elias Nandino (digo, con ese genio que otra cosa podía hacer la pobre)
Total que ni nos pela la mujer, y en eso desde el segundo piso veo descender de un carro primero un bastón y al final una cabeza blanca, oh el maestro, nuestro compilla Ali Chumacero. Sube y ahora si, todo mundo (12 changos que había ahi) se nos arrimaron.
Al final al encaminarlo, volví a hacerle la gran pregunta
-maestro, que tal se la pasó-
-pues la verdad estuvieron buenos los tragos- luego hizo una pausa -...lástima de compañia-
Nunca supe si se refería a María Rivera o a la breve presencia de Guillermo Fadanelli que sólo fue a saludarnos y a disculpárse por no poder quedarse a platicar con nosotros.
Cuando vuelva a ver a mi compilla, le voy a preguntar.
Y después les contaré más de mis platicas con mi compilla Alí, acompañado (ni modo) por Silvaman. Adiós.


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