lunes, diciembre 08, 2003


De generación en generación


El sabado 6 de diciembre los del taller (elefant, micro y pablo) leimos en el cafe Fragua, nos fue bien: de la gente que se invitó fueron dos, los otros siete que estaban ahi eran clientes del lugar, y digo que estuvo bien porque de los 7 desconocidos, los siete nos aguantaron. Presentamos los dos primeros numeros de Albatros (folletines de poesia) que no son mas que una hoja tamaño carta doblada cuatro veces y en fin, que terminan unos cuadernitos de 16 paginas y que caben rebien en una cartera.
Bebimos tranquilamente algunas cervezas y al final el micro se puso necio con que fueramos al Open, este lugar es un tugurio de lo mas repugnante, y no que este feo (que de hecho si lo esta) el problema es que estar ahi me remite a una etapa de lo mas lamentable de mi juventud.
El lugarejo este es popular porque es el ultimo en cerrar durante el fin de semana, asi que a eso de las 12 de la noche todo tipo de sustancias se dirigen a su interior, los meseros son voraces, despues de darte una cerveza extienden la mano cual limosneros, les ha de ir muy bien.
Y aunque cantamos, brindamos y bailamos yo me la pase mal, me desagrada comprobar que la especie humana no tiene remedio, peor aun es ver a viejos amigos que siguen en las “mismas” no hay evolucion, avance o progreso, las almas de esta ciudad iran malograndose generacion tras generacion, musica miserable y comercial, alternativas cada vez con menos valor, vanguardias de fantasia. Nada mas triste que envejecer entre la multitud
Total que nos vamos de ahi y paramos en el friends, otro tugurio igual, nos recibe musica de los doors, ya ni recuerdo cual, break on trough creo y nos despedimos con otra de dire straits, chale, cuanta vejez hay de una juventud a otra.
Al final terminamos en las tortas, el micro se ve feliz y dice que la noche estuvo a toda madre, yo le dije que no, que de hecho, desde que entramos al open todo entró en categoria de lamentable
-no mames pinche solzimer, bien que estuviste cantando y bailando-
-¿y que querias, que me pusiera a llorar?- respondí

No lo de llorar lo hice en casa, a solas, ahora si empiezo a envejecer.

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