jueves, febrero 23, 2006

RBD


Me resistí a la sugerencia puesta en el tag por algún gracioso, pero la idea no me resulto tan mal, desagradable si, pero no tan mala, que un grupo juvenil cause caos y desastre en un pais no es una novedad y mucho menos un fenomeno, lo que si puede tranquilamente llamarse así es al pais donde eso sucede, no quiero perder el tiempo hablando de valores musicales o literarios en la obra que estos jovenes ofrecen, es por de mas sabido que en ese producto comercial entra gente con talento en cuestion de ventas y mercadotecnia, que hay una inversion considerable de billetes en producir discos y eventos masivos, y que ademas existen practicas viejisimas para mantener un éxito en la radio.
La onda de RBD es muy obvia, ante los monopolios en los medios masivos de comunicación cualquier cosa que estos se propongan tiene que funcionar, dado que no existen alternativas, la admiración y el éxito se obtienten facilmente, invadiendo el radio, los medios impresos y por supuesto la televisión cualquier mercancía disfrazada de “rebeldia’ se vende con facilidad, hasta ahora el televisor sigue siendo el dictador de casi toda casa mexicana, si no se tienen los recursos para pagar televisión por cable que asi de pasada no es mas que mierda con opciones, la gente no tiene otra opción que tragarse lo que le sirvan.
Y si en este mundo existe alguien con estomago de perro para hacerlo son nuestros adolescentes educados en un modelo de consumo y cero incertidumbre, el señor televisor es ya no el mejor analgesico sino uno de los alucinogenos mas poderosos que existe desde el siglo pasado.
En qué cabeza cabe que una adolescente de la periferia compare la vida de un personaje de ficcion cuyos problemas se desarrollan en un colegio que parece un complejo de departamentos para solteros de 16 años.
La novela disfrazada de “realidad juvenil” le ofrece al público joven un escape, una variante atractiva, muchachas con corbata y zapato de tacón acudiendo a una escuela preparatoria, creo que ni el mejor congal tienen un uniforme tan atractivo.
Esa escuela es una fantasia algo ranchera de lo que debería ser cada escuela, para empezar no hay pobres, ni chaparros, mucho menos prietos, habrá un moreno pero como elemento exótico, asi como que muy caribeño, jamás aparecerá nuestro color de piedra negra con acento costeño.
Sigue que los chicos se drogan, se alcoholizan, las chicas son anorexicas, bulimicas y maniacodepresivas, pero a final de cuentas todas esas partes oscuras se ponen bien alegres a la hora de cantar, hay amor, celos e intriga, envidias, cofradías, diferencias, distancias, problemas familiares que suceden en la vida real, como el de la pobre muchacha a quien su padre nunca atiende porque sus negocios millonarios le mantienen ocupado todo el tiempo, el padre trata de reponer el daño de la ausencia con autos, perfumes y trapos caros, trata de poner en claro que si ama a su hija pero no tiene el tiempo pero si el dinero para quererla.
La verdad es algo un poquito distinta, el padre de la muchacha jamas tiene tiempo de expresarle cariño porque todo el dia esta partiendose el lomo cargando bultos, destapando caños, costruyendo casas ajenas, recogiendo basura o armando arneses, a lo mas que llega este pobre individuo es a comprarle un disco pirata de esos RBDS que tanto le gustan a la chiquilla, y la chiquilla se lleva a la calle esa ficcion e ignora que su prepa esta toda mugrosa, cayendose a pedazos junto con los pedazos de adolescencia que le tocaron vivir con su noviecillo mariguano o alcoholico que terminara embarazandola en el menor descuido, y luego sigue la expulsión porque en su escuela no hay anorexicas, ni bulimicas, ni drogadictas maniacodepresivas, sino muchachas embarazadas que son un mal ejemplo para las demas, y el padre ahí va que en vez de discos y perfumes piratas ahora le lleva pañales al nieto que le apareció de pronto.
Aunque tampoco hay que generalizar. La otra opcion esta en la chica que descubre que RBD es un buen escape al tedio y la furia que la habita todos los dias, aunque se consiga un buen novio sabe que este jamás llegará en un carro nacional de año, jamás conocerá el mar, no el de cancún, jamás tendrá un baile elegante de nada, ni siquiera de graduación, esa telenovela la sana al menos por una hora de la realidad salvaje donde vive, la radio y la imagen de una prepa de fantasia la separan brevemente del infierno de pobreza donde vive: un barrio violento lleno de picaderos, violencia domestica propia y ajena.
Ver RBD no le causa ninguna ilusión, no le provoca la mas minima esperanza, trata con el breve esfuerzo de la fantasia encontrar similitudes con lo que ella vive y lo que sucede en el televisor, terminado el capitulo sigue planchando la ropa de toda su familia, repara la suya y se prepara para el mismo, rutinario y casi infernal dia siguiente, sus ilusiones son breves, a lo mucho duran esos 60 minutos (comerciales incluidos) que le pertenecen a cada capitulo, su vida es otra, pero al menos eso le ha servido de analgesico, la hecho sonreir, preocuparse por otros aunque sean ficticios, su vida tan triste encontró en el televisor algo que comentar al día siguiente.
Entonces viene lo bueno, esa gente que sale en la tele visitará su ciudad, esas personas que son actores pero que para ellan representan algo real estarán es la ciudad donde ella vive, ese personaje con el que se identifica o del que esta enamorada llegará de carne y hueso a este infierno donde ella sobrevive a diario.
De ahí en adelante todo es posible, mirarlo a los ojos, mirarlo de cerca, tal vez tocarlo, tal vez todo, la fantasía desatada de pronto. El desorden es obvio entonces, cada vez que RBD toca el piso de cualquier ciudad significa que en la tierra, en esta vida la fantasia de cualquier adolescente es posible.
Que tengamos un pais donde esto todavia sucede no es un fenomeno, debo admitir que me equivoque al principio, un pais donde una muchacha tiene sus ilusiones en algo que es un negocio de lo más vil, donde las fantasias de un o una adolescente surgen de lo que le ofrece un televisor, donde su espiritu y sus ambiciones son dictadas por otros, donde la esperanza sólo es posible en un producto comercial y sin sustancia, un pais donde los más debiles siguen soñando lo que los poderosos quieren que sueñen, donde ser rebelde es a final de cuentas cantar de alegría bajo el sometimiento de los que tienen el poder no es un fenomeno, es una vergüenza.

La telenovela mexicana o la industria de la ilusión improductiva


Jamas veremos una telenovela donde el ser humano pueda reconocerse completamente, la telenovela no esta hecha para eso, la identificacion es suficiente, saberse pobre pero feliz debe ser suficiente, este formato de domesticación masiva tiene un fin utilitario y adoctrinador, a qué tiene esperanza toda mujer profesionista: a casarse con un hombre de buena familia, esa sigue siendo la enseñanza, y un hombre de buena familia no se refiere a unir su vida con alguien educado en los altos valores de humanidad sino con alguien rico.
Si hace unos veinte años la sirvienta lograba enamorar al primogenito millonario, ahora es la joven profesionista educada en una universidad pública que por un golpe de suerte logra entrar al mundo de las grandes corporaciones, esa es la ilusion triste y simple, que la muchacha pobre se esfuerze en estudiar una carrera universitaria, en aprender ingles y en partirse la espalda frente a un escritorio para que algún dia como en las telenovelas el hijo del patrón descubra en ella el verdadero amor, y si nos ponemos a pensar y en ennumerar donde han terminado nuestras jovenes compañeras de universidad descubriremos con tristeza que la formación televisiva no ha fallado, nuestros mejores talentos han terminado casadas, con hijos y sin dedicarse a lo que estudiaron. Seria gracioso si no fuera verdad.
Parece que algo de televonela les quedó a todas las chicas que conocimos en nuestra juventud. Tantos años de estudio, tanta friega, tanto verlas ahí, defendiendo como lo que son: los mas fuertes animales de nuestra especie, su derecho a estudiar, a tomar sus decisiones, a tomar su verdadero lugar en el mundo para terminarlos así, fundando su hogar en una estructura patriarcal, dependiendo totalmente de los caprichos de otro, dejando sus vidas, su alma y su cuerpo en las manos de otros pero felices.
Vivimos en la gran ilusión de que todo se arregla de manera imprevista, vivimos dormidos en el sueño de que las cosas por si solas se pueden mejorar, de que los problemas se resuelven por si solos, y en ese no hacer nada, en el no intervenir, nuestra vida se vuelve un triste carnaval de fracasos, nunca tuve la oportunidad, si a mi me dieran esto o aquello, en ese esperar nos acercamos a la tumba casi sin darnos cuenta, entre que nos cae el veinte y nos hacemos viejos nos damos cuenta de que alguna gente no se acercó a nosotros con buenas intenciones, que lo mejor que podiamos hacer era ahorrar unos centavos, ser prudentes, pero no, la televisión nos enseñó que lo bueno debe llegar sin esfuerzo, que sólo hay que portarse bien, ponerse comodo y esperar a que alguien rico descubra nuestro talento.
Y asi, en el claro fracaso de nuestra vejez, es esta espera, es esta ilusión improductiva reclamarle comodamente a los jovenes todo lo que queramos: acaso creen que el dinero crece en los arboles, nadie aprende en pellejo ajeno, uno les dice porque uno sabe, a mi me fue como me fue porque nunca escuche consejos, pongan atencion en lo que les digo, todos son iguales, por unas monedas se perdió roma, y mas vale de una vez que mil veces muy tarde, y qué horas son, ah canijo muchacho por estar platicando contigo se me anda pasando la novela, anda prende la tele, ponle en el dos, luego platicamos.

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