miércoles, junio 22, 2005

Cultivando la imaginación


No acostumbro rasurarme, me da flojera, podría decir que no lo hago porque la barba entre mas descuidada esté, oculta mejor la papada, pero no, simplemente evito rasurarme porque lo considero una perdida de tiempo, sin embargo de vez en cuando lo hago; lo mismo pasa con el cabello, no me gusta ir a cortarmerlo, procuro dejarlo crecer hasta que se me empiezan a formar unos rizos terribles en todos lados, además me veo más cabezón de lo que estoy, asi que tambien acudo al peluquero cada mes y medio.
A que viene esta plática sobre los afeites de un hombre de treinta años; a que pase lo que pase, y pese a que el cambio es obvio, después de pasar por estos trámites estéticos los amigos y conocidos te preguntarán con interes y asombro
¿te rasuraste? es decir que el hecho de no ver ese monton de pelo en nuestra cara no les resulta obvio, tienen que confirmar esa duda y preguntarte¿te rasuraste? como si deshacerse de la barba pudiera hacerse de otra forma (si la descubren y es más práctica me dicen).
Lo mismo pasa cuando uno se corta el pelo; no les basta ver que la cabeza de uno a vuelto a su forma humana y que las orejas aparecen en su lugar, no, tienen que preguntar ¿te cortaste el pelo? Al principio me quedaba callado con cara de juat, después, por ejemplo con lo del pelo, les decía que había apostado en el juego de la tarde, no habia pierde, suelo cortarme el pelo los domingos así que un par de equipos debe de haber jugado esa tarde; pero después empezó a cansarme el ritual de la obviedad y opté a responder con enfado:
¿te cortaste el pelo?
-no, me crecieron las orejas
-yo no, un peluquero
-no porqué
-hace como tres meses, a poco apenas se dió cuenta

Pero antes de que mis amistades terminaran, me puse a pensar que ese tipo de preguntas son un ejercicio para desarrollar nuestra sagacidad e imaginación; lo que buscan nuestras amistades no es demostrarnos que son capaces de realizar preguntas idiotas de vez en cuando, sino todo lo contrario, quieren ver de que tamaño es nuestro ingenio, que tan brillante es nuestro humor, buscan entonces que cada vez que uno se corta el pelo pase la noche despierto pensando la respuesta más ingeniosa para esa pregunta tan profunda, de hecho uno empieza a pensar en ella desde el momento en que el peluquero pregunta como queremos el corte de pelo, incluso desde el día en que compramos el rastrillo debemos poner nuestro pensamiento en desarrollar, en encontrar la gran respuesta, la que vuelva irrepetible la pregunta:
¿te rasuraste?
No, después de un largo jaloneo me arrebató la barba un calvo
Fue un accidente, hasta que encendí el cigarrillo recordé que me había lavado la cara con gasolina
No, me dieron con la puerta de vidrio en la cara ahi en la entrada y se me cayó la barba, si quiere vamos a ver los pelos
No me lo va a creer, tengo meses desarrollando un proceso mental para evitar que me crezca la barba, funciona, ahora sólo falta invertir el proceso para que me salga cabello en estas entradotas que tengo aca arriba

Este domingo voy a cortarme el pelo, hoy es miércoles pienso, pienso y pienso.

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