viernes, junio 10, 2005

Variaciones egolatras


Me gusta oirme pensar, cada vez que estoy sólo sin nada que me mantenga ocupado una idea surge como si nada, el inicio de algo, o la variante de algo que he pensado con anterioridad; pienso tanto la misma cosa que cuando da la casualidad de que preguntan precisamente sobre eso contesto una barrabasada del tipo: eso a nadie le importa o para qué te preocupas por eso sin embargo me gusta oirme pensar, asi en silencio, me sorprende la facilidad con que logro hilar y deshilar ideas, así como si nada, lo que me desespera es no tener ese aparato que ordene tus pensamientos en archivos, que los capture y que vaya grabando sus variaciones.
Me gusta mi cabeza, creo que a nadie podría gustarle más que a mi, no tiene sosiego, en las madrugadas me despierto elaborando frases de cuatro o cinco palabras sin coherencia alguna:
-Tempestad devora a Ed Sullivan
-Marsopas rechazan reformas agrarias
-Mujer come postales contaminadas
-Tres hombres sujetan planeta
-Nuevo ley estorba en monumentos
-Cientifico corrompe sistema digestivo
-Niños genios temen a trituradoras
-Ciegos piden aumento a la verdura

mi cabeza funciona todo el tiempo, es capaz de bloquear todo estimulo externo y dejarme ante mi insignificancia blanca, percibo los matices de la nulidad que soy, una sucia luz grisacea, nada, y sin embargo pienso, llegue a concentrarme tanto en mi propia presencia, en la intrascendencia de mi propia vida que sentí la pregunta qué diablos hago aquí pude verme tranquilamente de espaldas, no estoy hablando del desdoblamiento o los viajes astrales, no, lo que sucedio es que ese pensamiento rebasó mi razón, se salió de mi y pude concebirlo como otra cosa, mas allá de verlo pude sentirlo, les digo que amo mi cabeza, era un secreto, mi única preocupación hasta ahora, es la certeza de que la locura es hereditaria. Asi que dénle un abrazo fuerte a sus hijos mientras siguen alejándose del mundo. feliz fin de semana

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