martes, junio 15, 2004

Parquero & cerillos blues


“Mientras en un país haya niños trabajando y adultos sin trabajo, se puede decir que la organización de ese país es una mierda.” Augusto Monterroso



De un tiempo para acá huyo de los parqueros, no me caen mal, no me parecen detestables, simplemente veo con asombro que esos dos pesos que doy a la mayoría de ellos están mermando mi enclenque economía.
Estoy hablando de los parqueros de los centros comerciales, los otros, los conocidos como traperos son criaturas que evito de la manera mas simple: jamás llevo mi carro al centro entre semana, asi de sencillo.
Aclarado esto prosigo, por cuestión de ahorro voy varias veces al mandado, y ya en plan histerico voy a varios supermercados, que en aquel venden el higado en rebanadas, que aquel el pescado esta más barato y en este otro la leche esta en oferta, para no hacerla mas larga cada ida al mandado me saca entre 6 y 10 pesos extras, porque aparte hay mercados donde el estacionamiento se cobra, 2 pesos, pero tambien tienen parqueros, asi que son cuatro pesos mas otros dos que le tocan al cerillito, en fin que un dia me puse a hacer cuentas y vi con horror que estas gentes me sacan algo asi como 1000 pesos al año.
Dada esa terrible circunstancia evito los parqueros, me estaciono lo mas lejos posible, de esa forma descubrí para que sirven los carritos del mandado que suenan como matracas: para que el parquero nos localice sin problemas.
Insisto que contra los parqueros no tengo nada, los hay despreciables eso si, como los que nos dicen que nos estacionamos mal cuando ya nos hemos bajado y no hay mas carros pues son las 8 de la mañana, los que salen detras del carro pitando y exigiendo una moneda. Abundan aquellos que sólo nos retiran el carrito y eso porque nos estorba para salir, estos han contagiado al mundo algo que se llama el “sindrome del parquero” y que por cierto es muy feo, consiste en simular que ayudamos a alguien, o que tenemos la intencion de ayudar a alguien, por ejemplo, cuando a una mujer se le cae algo al piso, nos agachamos no con la intencion de levantar lo que se le cayó, por supuesto que no, nos agachamos despues para que la mujer vea que tuvimos la intención de ayudarla y nada mas, por supuesto que la mujer se da cuenta que somos unos imbeciles y en el fondo de su corazón piensa “pinche cabrón, ha de ser parquero”.
No todos los parqueros son así, los hay amables, serviciales y hasta agradecidos con lo que uno les de, incluso aunque uno no les de.
Mis tacticas son variadas, van desde estacionarme lo más lejos posible, hasta el salir con la expresion inconfundible de que el frijol peruano cada vez está mas caro. Otra veces burlo al parquero simulando que me dirijo a otro carro, otras veces cargo las bolsas desde la salida para que no me escuche, en caso de ser descubierto echo las bolsas en la cajuela y regreso a la tienda en espera de otra oportunidad. Si les soy sincero, funcionan en un 50 por ciento.

Por otro lado estan los empaquetadores, o cerillos como se dice en el sur, estos chamacos tambien tienen sus manias, los hay que usan una bolsa para cada cosa, pero los hay ancianos que piensan que todo cabe en un jarrito sabiendolo acomodar, creo que ignoran que las bolsas son de plastico y no de barro, mi corazón es benevolo y les doy mas dinero a los viejos que a los chamacos, claro que cuando a medio camino se me caen los melones y el galón de leche no puedo evitar decir: “pinche viejito culero”. A los muchachos les doy siempre dos pesos, se los doy con la mano temblando por miedo a que me digan “mmmm, dos pinches pesos, pa la otra hagalo usted” y me dejen ahi con todo el revoltijo.

Fuera de chacota el asunto de estos trabajadores es serio, a mi me cuestan mil pesos al año. ¿Se han preguntado cuánto les cuestan a ustedes? Y mejor aún.¿Cuánto les cuestan a las empresas? Pues claro que nada, las empresas no tienen ninguna obligación con ellos, asi que no tienen servicios médicos, ni fondo para el retiro, lo de los chamacos lo justifican con el argumento de que el trabajo es voluntarioy tienen la autorizacion de sus padres. Los parqueros tiene que sacar una licencia del municipio, asi que los pobres tienen que pagar por tener un trabajo sin ninguna prestación.
Palabras mas o palabras menos tanto usted como yo cada vez que damos los pinches dos pesos estamos fomentando el desempleo, la explotación de menores y por supuesto las malas acciones de gobiernos tan pinches, mas lo primero que lo segundo, no se ha comprobado que las jornadas de los chamacos sean mayores a las 6 horas, ni que trabajen mas de 6 días a la semana. Pero respecto a lo primero es cosa de que nos pongamos a pensar que esos mil pesos que gasto yo y que gasta usted al año deberia de pagarlos el gobierno y no nosotros, darles dinero a estas gentes es decirle al gobierno que no se apure, que aqui tiene a su clase mierda que le ayuda en todo, que no se preocupe por el desempleo que al fin y al cabo aqui entre todos hacemos una coperacha, que el sistema de pensiones es una burla para los pobres ancianos, no hay fijón, yo le doy cinco pesos al pobre viejito pa que se aliviane.
Y asi seguiremos, porque cada vez es mas seguido que la gente anda en las calles recibiendo lo que caiga, y ahi va uno a compartir de su atún y de sus sopas porque el gobierno no mas no. Asi las cosas. y mientras el asunto empeora yo cada vez que salgo con mi carrito del mandado me persigno y digo uchcale uchcale, parquero panzón.

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