lunes, mayo 08, 2006

PostSecret de Frank Warren:
Una postal americana



En noviembre de 2004 Frank Warren imprimió 3000 postales en la que invitaba a la gente a participar en un proyecto artistico, la manera de hacerlo consistía mandar una postal en la cual se compartiría un secreto que jamás se le haya dicho a nadie, a un año de eso, el material recibido ha dado suficiente como para montar varias exposiciones en Estados Unidos y la publicacíon de un libro, ademas de una página de internet postsecret.blogspot.com que se actualiza cada semana.
Anteriormente Paul Auster habia realizado con bastante éxito un experimento similar en I thought my father was god,Auster recopiló historias intimas de la población norteamericana, los dos libros tienen similitudes demasiado obvias, los norteamericanos a fin de cuentas se callan demasiadas cosas, pero si algún desconocido le interesa saberlas, las dirán sin mucha reserva; otra diferencia, tambien obvia, es que las postales no incluyen el nombre del autor.
Pero Warren sin proponerselo nos descubre lo contrario de lo que encontró Auster, el corazón de norteamerica está enfermo, su alma está llena de culpas y de miedos, sus habitantes temen mirarse al espejo, porque mas allá de la apariencia física que tanto les preocupa saben que su corazón refleja pocas esperanzas, el optimismo no existe y el miedo al fracaso, a pesar de confesar que ya son unos fracasados nunca se les termina.
PostSecret es un libro donde la pérdida, la derrota y la vergüenza aparecen en forma de postales hechas a mano, las caligrafias, las imágenes usadas, las técnicas de las que hacen uso los confidentes dejan en claro la catarsis, el desahogo de una sociedad que basa su progreso en el silencio, en el acto de callar estan los cimientos de una sociedad que en apariencia es un ejemplo para otras, el sueño americano es mas que una pesadilla: la realidad americana es uno de los peores lugares donde uno puede despertar: mentiras sostenidas por años, infidelidades, homosexualidad oculta, incesto, robos, humillaciones de la infancia, inconformidad total ante el cuerpo o el sexo, amores enfermizos, obsesiones y fantasmas perpetuos llenan estas postales de vergüenza y remordimiento.
Algunas de las personas que han mandado sus secretos a Warren, le confiesan tambien que al momento de poner su secreto en el buzón se siente liberados, más ligeros, menos culpables, otros han decidido no compartir su o sus secretos al encotrarlos en las postales que han mandado otros, Warren sostiene que el proyecto tiene una enorme carga espiritual, y resalta las intenciones de que los norteamericanos tengan el atrevimiento de mirarse hacia el interior, para el autor los secretos son en parte los causantes de la infelicidad, y del escaso crecimiento individual de los habitantes de norteamerica.
Y tal vez tiene razón, algunos secretos son tan pueriles como aquel que confiesa haberse comido todas las cerezas del pastel, pero otros ponen en claro las contradicciones de todo ser habitado por la confusión “ella es la mejor mujer del mundo, y la dejé porque sigo enamorado de esta perra” la postal incluye las fotografias de las dos mujeres que han dejado en conflicto el corazón de este hombre. Otra es un claro ejemplo de las perversiones y fantasias oscuras de una sociedad que enaltece el crimen “Tengo toda la seguridad de que yo seria un violador, si hubiera nacido hombre”. Pero la mayoría aluden al miedo y al dolor “No le he dicho a mi padre que tengo la misma enfermedad que mató a mamá”. La insatisfacción como lugar común “No sé que quiero en la vida, pero sé que no es ésto que tengo ahora”. Abundan las que dicen que les gustaría haber oído una palabra alentadora por parte de sus padres, algunos confiesan que jamás escucharon a sus padres decirles que los querían. Otra mujer dice que jamás estuvo enamorada y que se caso porque lo único que quería era ponerse el vestido de novia.
Poca nobleza, poca vida interior, lo que hay es resentimiento y culpa, escaso cinismo, a pesar de lo que dice Warren, no creo que estas personas que comparten su secreto se sientan mejor realmente, como siempre han preferido el anonimato, la exhibición masiva en vez del dialogo, siguen evitando la conversación terrible con sus fantasmas, y aunque insistan en que no es fácil compartir nuestro más terrible secreto, hacerlo de manera anónima no es una opción aceptable
El libro destaca por que enfocó la furia y el desencanto en la elaboración de objetos artisticos, en esta cuestión hay postales que valen la pena, por su sencillez o por la relación que crea entre imagen y texto, en ese sentido Warren si cumple con las intenciones de su proyecto, pero en cuanto a lo otro, a sanar la legión de corazones enfermos, ahí falla inevitablemente, considero que el anonimato los salva de enfrentar realmente las consecuencias de su secreto, el confidente ahora mantiene en secreto su identidad, y de esa forma sigue sin sacar nada realmente de su corazón, sintiendose menos culpable por hacer público algo que debió haber sido privado y sólo compartido con la o las personas afectadas, esa suplica de perdón que acompaña a un buen número de postales es un grito al cielo, una confesión escrita en la pared equivocada. Una inútil pero muy cómoda forma de sentirse liberado de los errores y sus remordimientos.

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