lunes, febrero 09, 2004

Cuentos de terror, ideas para fomentar el género


Un viejo post de Jórge Lobo Lopez me resulto interesante, el asunto de que en México el terror y la ciencia ficcion son generos poco apoyados (nadie los lee pues) y que le resulta triste, a mi tambien, me parece bastante soso seguir jugando a escribir sobre vampiros en un pais como México, porque? porque el problema es que uno le tiene más miedo a un transito o a un contador que a un pinche vampiro, total, qué hace un pinche vampiro? le chupa a uno la sangre una vez y ya, se convierte uno en un feliz y caducado mortal.
En cambio un transito no mas de verlo ya la gente empieza por reducir la velocidad y otros prefieren desviarse del camino no importa que le cause grandes rodeos, si eso hace la gente que trae sus papeles en orden, imaginen lo que hace alguien que no trae licencia, ni tarjeta de circulacion ni seguro, con decirles que he llegado a meterme al estacionamiento de una iglesia, asi de terribles son esas criaturas.
Otros mounstros peores son los dueños de las inmobiliarias, estos si son una mezcla de transito y de vampiro, se hacen llamar ingenieros, y por lo general son unos autenticos nietos de nosferatu, no firma uno con sangre los contratos pero para romperlos si hay que pagar con ella, aqui si es dificil la salvación incluso es preferible perder dinero que la vida.
total que se me han ocurrido algunas ideas para que las desarrollen los amantes del genero, yo la verdad como poeta soy bastante bueno para asustar a cualquiera (asi han de estar) asi que escribir cuentos de terror no lo considero necesario, asi que para uso exclusivo de los otros van tres breves tramas de terror.

La noche del Bagre


En una fiesta familiar o de amigos llega un tipo indeseable con cinco cartones de cerveza, ante tal circunstancia todos deciden aceptarlo pero dicha persona es tan desagradable a la vista y al oido (incluso pueden poner al olfato) que la gente vomita nada mas de verlo, el personaje cree que estan muy borrachos y rie con ellos, la situacion se vuelve tensa pues nadie quiere decirle al tipo que se vaya, un grupo de amigos se arma de valor para escoger entre ellos al afortunado que tendra que pedirle al mounstro que se vaya de la fiesta con todo y cervezas, el mounstro parece entender la petición del chico tembloroso pero antes de irse se lo come y amenaza a los demas con hacerles lo mismo si no le regresan la cerveza que se han tomado, por cierto el mounstro es Jesus Alfredo Delgado, aunque puede hacerse una versión femenina con Nora Yu.

Una semana cualquiera


De pronto todo es perfecto, el boiler no se ha apagado durante la noche, el carro funciona, la gente maneja con total cortesia, al otro dia el vecino se ofrece a llevarlo a uno al trabajo, incluso pasar por el y llevarlo al mandado, antes de que esto se ponga muy gay dejen me extiendo, todo en la ciudad es perfecto, de hecho una escena que me gusta para este cuento sucede en las ruteras, la gente se queda asombrada cuando el que abre la puerta del camion es un chofer con uniforme, camisa blanca, corbata, un gafete con sus esquinas completas y un joven o señor delgado con el pelo corto, en el camion se escucha musica clasica, jazz o algo que le guste a todos pero a volumen moderado, el camion esta limpio, y los asientos !santo dios! aparte del respaldo tiene la otra pieza donde se sienta uno, a lo mucho hay cinco personas de pie, y el chofer jamas permite que pase de ese numero, (de hecho si se lo fusilo a Deimos Arredondo, este cuento puede terminar con que nadie puede bajar de esa ruta que se pierde en el horizonte) Pero no, yo no soy de esos, el asunto del cuento es que toda la ciudad se convierte en otra, el vecino insiste en llevarnos al trabajo, cuando regresa uno lo encuentra debajo del carro arreglandolo, total que uno empieza a sospechar del vecino, la gente en la rutera cada vez sube mas nerviosa hasta que enloquecen y comienzan a matar ruteros “es que nos sonreía mucho, nos bajaba donde queríamos, se esperaba a que subieran o bajaran los viejitos” serian las razones de los crimenes.
Uno termina su breve amistad con el vecino a golpes, total que llega el proximo lunes y se baña uno con agua fria como solía suceder antes, el vecino apenas si dice buenos días, la gente respira tranquila cuando ven a su viejo chofer prieto, gordo, con botas y pelos por todos lados escuchando “el mono de alambre” y diciendoles “orale parriba señora, o la atropello” la señora le sonrie mientras cae al piso muy contenta, el cuento puede llamarse tambien en pleno homenaje a Stephen King “El cometa de los siete dias” o algo así

Sin una gota o Sed, a secas


Esta si me gusta, en una ciudad como esta por alguna extraña razón se acaba la cerveza un jueves desde la mañana, no hay lugar donde conseguirla, de hecho todo el alcohol a desaparecido, y lo que parece un fin de semana familiar se vuelve un infierno, primero los amigos se agarran a golpes “no te hagas, tu siempre tienes cerveza en tu casa” despues el vecino “este guey siempre llega con cerveza a su casa” total que se hace un desmadre en toda la ciudad, pero alguien empieza a correr el rumor de que toda la cerveza esta en el cuartel del ejercito, los hombres se organizan y hacen una carniceria en el cuartel, mueren un chorro y los que sobreviven se ponen una papalina de aquellotas, llega el lunes y como si no hubiera pasado nada, todo vuelve a la normalidad, la cerveza regresa a la ciudad y todos estan contentos, pero aqui viene lo bueno: al pasar de los dias los hombres de la ciudad tienen molestias en sus nucas, con el tiempo se dan cuenta que les esta surgiendo un rostro humano “ah chingado, y esta nariz”, total que han sido conejillos de indias de un experimento genetico, se supone que ese es el principio del cuento, aunque a mi ya me se ocurrio un final, que el rostro que sale en la nuca de los hombres sea el de Cuahtemoc Cardenas diciendo “aaahoooraaa siiiii gaaaannnoo” o ya en tono localista el de Jesus Alfredo Delgado “regreeesennnmeee laaa alcaaadiiiiaaa, noooo seeeaaannn gaaaachhhooosss” Horror y llano horror.
Aprovechen las ideas que no todos los dias las regalo, orale baturros a escribir.

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