martes, agosto 12, 2003

Hoy en lecturas y torturas


Dos postales norteamericanas:
Miedo y asco en Las Vegas de Hunter S. Thompson
y Yo pense que mi padre era Dios de Paul Auster
y un bonus track Infierno y cielo inyectable:
Trainspotting de Irvine Welsh



Watching TV ¿II y/o III?


Después del juego América/Cruz azul que termino en empate el canal dos no tuvo nada mas aburrido que transmitir que el "Festival de la risa" de hecho, aunque el juego no me hizo reír (de hecho el fútbol no me gusta) me hizo caer en los umbrales de lo entretenido.
El "Festival de la risa" debería llamarse "Por qué nos suicidamos" un país que no renueva un chiste desde hace treinta años es suficiente razón para tomar dos vasos de maestro limpio en las rocas, el otro extremo es dispararle en la cara a Jorge Ortiz de Pinedo, pero ni siquiera eso tendría gracia.
La comedia mexicana si es que existió, tuvo a sus últimos exponentes en Alejandro Suarez, y las décadas que tiene este hombre sin hacer un buen chiste, nada mas de pensarlo me hace considerar lo barato que es el maestro limpio.
La palabra canta fue un exceso de inteligencia y absurdo que la mayoría de la población no entendió por una simple razón: no leían ni madre.
La palabra Canta era una idiotez por su obviedad, pero esa falta de talento sólo era visible para los que eran marcianos en este país: los que leían poco.
La comedia mexicana actual, ni siquiera merece llamarse así, es decir, no tiene derecho a usar el termino comedia y menos actual, lo de mexicana entra, por que esa tortura a nuestro intelecto nos la merecemos.
Por ejemplo Memo Ríos, no se necesita tener talento para ser como él, hacen falta huevos para salir en público y decir esos chiste en voz alta, ¿no se da cuenta él?, es más, ¿no se da cuenta el público de lo imbécil que son sus chistes?, para mi oírlo es peor que comer chicharrón con aguacate y tener un coraje, me la paso con la trompa torcida, casi me puedo lamer la oreja de lo torcido que me pone este hombre, cada una de sus rimas babosas me acerca la piel de mi barbilla a la nuca.
Luego sale el mejor imitador que he visto en toda mi vida, creo que trataba de imitar a un persona que no tenía ningún talento para imitar a otra, le salía muy bien.
Luego aparece el norteño ñero o ranchero chido que en lo que cabe es aceptable, pero no mucho, tiene un límite infranqueable: es un comediante chilango disfrazado de norteño, los chistes se le acaban por lo limitado de su estereotipo. Sale la chupitos bastante chupada ya del seso, chiste largo y típico, los hombres cuando andan de novios y veinte años después, al haber ganado mi repudio le cambiamos a una película de acción con Lou Diamond Phillips que si era muy chistosa. Renegados creo que se llamaba.


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