jueves, enero 12, 2006

El premio a mejor actor es para...


Hoy descubro una nueva virtud en los habitantes de esta ciudad, ya tiene tiempo pero hoy la vi con claridad, los conductores juarenses han enseñado a actuar a sus autos, los han dotado de un temperamento especial, han logrado transmitir a travez de ellos todo tipo de emociones.
La obra de la mañana lleva por titulo eso si que no!!! A una troca de reciente modelo (como dicen en los diarios) se le atravieza un camión repartidor, el conductor toca el claxón pero no baja la velocidad, queda a unos 5 centimetros del camión, al ver que el camión no acelera el de la troca lo rebasa con un clásico rechinar de llantas, y antes de rebasarlo se le mete al camión repartidor sin dejar de rechinar con enojo las llantas de su troca. Aqui el de la troca demuestra que todos los demás son unos imbéciles y que uno por más que lo intenten los otros jamas hay que abandonar el camino que decidimos tomar a tempranas horas de la mañana.
Si yo hubiera sido el conductor del camión lo mas seguro es que se la partiera al de la troca, no porque yo sea un energumeno, al contrario, lo habría chocado por que soy muy guey y el rechinar de llantas hace que por instinto vire a la izquierda y después frene, pero eso sería otra historia con tintes políticos A veces la derecha es mejor
En una de las tantas casas donde viví se desarrollaba otra obra digna de la dramaturgia urbana y que creo que lleva por nombre ¡que chiquita es mi calle! y es representada por un chaval que al no poder atravezar las carreteras, decide hace rechinar las llantas de su auto por la cuadra en acto de protesta, aquí hay un gran drama, el joven manifiesta su inconformidad y reta a todos los conformistas del vecindario a que salgamos a partirle su madre; cosa que nunca sucede porque ya no son horas de salir y ademas en invierno da hueva ponerse los pantalones para salir a mover el brazo en alto frente a las luces traseras de un auto.
Otro drama que va del romance a la violencia es aquel de Aviéntate chiquito en el participan varios autos, el chiquito es el de enfrente, y que representa no se si la indecisión, o el respeto que tienen a la ley los desprotegidos; el climax se da cuando en la escena aparece un semaforo con su luz roja y el chiquito decide frenar antes de llegar al límite marcado, los demás autos que son una metafora de la rebeldía, el impetu y la furia que habita esta ciudad deciden ignorar la prepotencia del semaforo y su autoridad hostil, ven el la luz roja un arma terrible que busca aniquilar la libertad cada vez que es posible, sobra decir que aparte de ignorar la presencia autoritaria, tambien ignoran la del chiquito y se lo llevan entra las patas, el conductor del chiquito es insultado y lo que es peor remitido a los separos de una carcel maloliente por la misma autoridad que minutos antes fue la causante de todo, de ahi en adelante el carro chiquito ignorará la ley y los demas autos, asi sean grandes y pequeños, todo un canto a la rebeldia y la libertad.
Después les sigo comentando esta nueva etapa de la dramaturgia, pero no sin antes decirles, que a los autos por mas que intenten los conductores los musicales simplemente no se les dan.
bies.

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