martes, enero 11, 2005

Sin proposito


Como cada año me mantuve lejos de las drogas duras, de la televisión abierta, y de las viejas, sobre todo de las discusiones con viejas , abandone por fin el triste vicio de comprar letras libres desde que fidel castro apareció en la portada.
Recibí a Helena con gusto entre la llovizna y el incendio del popular mercado cuauhtemoc, por fin amplié la casita y en pocas palabras pase menos tiempo con los libros y para fortuna de muchos escribí poco, muy poco.
El año pinta regular, propositos no tengo ninguno, beber menos me resulta imposible, escribir más tambien, circulamos por los primeros días en un sólo auto (a mi eso me resulta agradable pero a mi mujer no), por segunda vez fui un terrible jurado de un concurso de oratoria, pienso comprarme un disco de The Who y seguir con la correción de una novelucha, en fin que este año el único esfuerzo real será el de reunir algunos centavos para darle una buena reducida a una deuda bancaria. Así que a echarle ganas cada quien con sus muy personales intenciones, planes y compromisos, llevemos la fiesta en paz, sobre el tsunami creo que hay poco que decir 170000 seres infelices e insatisfechos se salvaron de seguir en este mar de lagrimas paradojicamente arrastrados y ahogados por algo muy parecido, bien por ellos. A nosotros el desierto no nos deja ninguna esperanza. Salud y saludos a todos. Escriban, beban y vivan.
Feliz 2005 hasta donde se deje. Un abrazo.

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