miércoles, marzo 24, 2004

Turbio y feroz animal es el apodo
(manucristo encontrado en Altavista)



Leyendo a Hugo Pavel vino a mi mente el recuerdo de un apodo en particular: “El cacotas”, por alguna extraña razón conocí por terceras personas la vida de algunos “cacotas”.
Un compañero de trabajo de mi padre obtuvo ese apodo el día que conocieron a sus hijos, tres oraguntanes de gran tamaño y cerebro reducido, desde ahí gracias a la existencia de sus hijos el hombre vivió con el sobrenombre de "el cacotas", hasta que un día llego un verdadero imbécil que cometía errores terribles, ese tipo se convirtió en “el cacotas” ya que decirle “cagadotas” hacía perder mas tiempo a esa cuadrilla de demoledores donde trabajaba mi padre, el “ex-cacotas” volvió a llamarse Ruben o “el chifo” que era como le decían antes.
Sin embargo en la secundaria conocí a un “cacotas”, cuando uno entra a la secundaria es inevitable hacerlo a un lado de uno o dos mas amigos del barrio, de ahi que el apodo de uno se propague de inmediato, asi le sucedió al “cacotas” era un chavo moreno y delgado, y aparte medio truchilla y bueno para el fut.
Total que ahora al pasar de los años uno se pone a pensar en ese apodo en particular.
Lo raro es que ese apodo no se obtiene de la manera más obvia, rara vez tiene relación directa con su significado más inmediato, de ser así a diario escuchariamos a los chicos de la secu gritar desde la puerta de los baños: “hey vengan a ver, desde ahora el cacotas soy yo” o algo parecido. No, asi no es la cosa, “El cacotas” obtiene ese apodo de manera misteriosa, triste es darse cuenta que ese apodo lo obtuvo en casa o por terribles amistades de la infancia.
Otro misterio de los “cacotas” es que desaparecen, su presencia es fugaz en las escuelas, pertenenecen a familias que se encuentran en constante movimiento o que a cierta edad atraviezan situaciones dificiles, total que pocos llegan a conocerlos y se habla del “cacotas” con ternura y admiración, por desgracia nadie recuerda el nombre del “cacotas” siempre será recordado así, su novia sera siempre "la que era novia del cacotas”, los amigos, pues amigos del “cacotas”, la banca "ahi donde se sentaba el cacotas”. Pero quién era ese muchacho que sonreía a todos, que jugaba bien al fut, que era buena onda, a donde lo habrá llevado ese apodo, se habrá logrado deshacer de el con el tiempo, habrá huído de ese barrio que cometió la infamia de llamarlo así, o sigue ahi en ese barrio alto que atravieza la lluvia acumulada y sus hijos son los hijos del “cacotas”.
En fin, estimado “cacotas” estes donde estes te deseo lo mejor, y para los demás “cacotas” de este mundo un abrazo sincero y con cariño.
Atte. su amigo "El otro cacotas".

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