Mis conocidos favoritos...
Cuando cambias la rutina cambian tus rumbos, tus horas, tus lugares, con el tiempo te das cuenta de que tienes algunos dias sin cumplir una costumbre, simplemente la has roto, has dejado de hacerla y con eso una vida sabrosa pero rutinaria ha sufrido un cambio.
El hace rato que ya no venia que me dijo el taquero del seguro, o el ya se le pasó joven, ya le toca del peluquero habitual me recuerda que soy un conocido, al igual que el saludo de los parroquianos de El Recreo, el hombre de la papeleria que me dice Licenciado, me imponen esa etiqueta de conocido, aunque yo prefiero llamarla habitual me comprueba que como clientes somos parte vital de las mas pequeñas empresas, y me sorprende, que aunque la vida esta llena de habituales, estos hombres te recuerden, que tu habito halla obtenido un lugar en su memoria, me parece alentador, uno existe mas allá de su brevedad, existimos repartidos, como particulas de lo que somos y de lo que hacemos, tristemente para el taquero del seguro, ahora soy habitual de otros tacos, en esta taquería se les hace raro que no vaya un día a la semana, qué mala cara vio que no había vuelto me dice el propietario del negocio, se que es un asunto comercial, pero es agradable que lo recuerden a uno, al menos comiéndose unos tacos.
A que viene todo esto, a la triste noticia de que el diacono ese gran vendedor de libros, murió hace unos dias. El tenia su local en la Francisco I. Madero, la mitica calle que tambien contiene al antiguo Cine Victoria y ese monumento al trago, casi patrimonio de la humanidad que es El Recreo.
Tenía rato sin verlo, solía venderle algunos libros viejos cuando estaba en apuros, ya al final fue el único librero con quien puede ponerme de acuerdo para vender mis libros, era un hombre bien derecho, solía hacer un cobro salomonico a la hora de cobrarte los libros, siempre terminabas ahorrandote unos pesos. Cuando por primera vez le dejé ejemplares de mis libros, hizo cuentas y me pagó en efectivo, las siguientes veces tuve que torearlo, evitar el pago, para mi ya era suficiente favor que vendiera mis libros, asi que tomaba algunos libros de los que tenía en venta y se los pagaba cómo que cuánto es joven, a ver cuánto le debo yo de sus libros con el después hacemos cuentas, yo dejaba el asunto en paz.
Hace dos semanas pasé por ahí, y no entré a saludarlo, salí corriendo ante el reclamo del peluquero, debí haber entrado, tal vez hubiera alcanzado a verlo, platicar un rato, torear por última vez su intención de pagarme mis libros, carajo, mis conocidos favoritos están cayendo poco a poco, primero fue Don Nacho, ahora El Diacono, no me queda otra mas que aprender la lección, no perder la oportunidad de saludar a los conocidos que habitan los rumbos de mis costumbres, aprovechar el desvio o la vuelta como dicen, a final de cuentas, como lo dije al principio, en ellos encontramos otra forma de existir, y somos nobles, simples, hasta simpaticos el que come tacos, el que compra libros, el que se corta el pelo cada 3 meses, un conocido mio
Pa, cerrar el post, una rola de Robyn Hitchcock
My favourite buildings are all falling down
Seems like I dwell in a different town
But why should I bother with painting them brown
When they’ll all be pulled down in the end?
My favourite buildings stretch upwards for miles
Remind me somehow of your favorite smiles
Like oak leaves in autumn cascading on stiles
In the rain
Nobody seems to know how long
All of these buildings belong
Till they become part of you
People get down on your knees
Buildings are like a disease
You could wind up in a zoo
And most people do
My favourite buildings are all laid to waste
One might as well sculpt a statue from toothpaste
And some day I could have a fifty inch waist
It’s all free
For my favourite buildings and me
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