jueves, abril 05, 2007

El aborto: la delgada linea roja



Antes que nada hay que ser sinceros, a una mujer en este país no le pertenece nada, y ella desgraciadamente le pertenece a todos: a su marido, a sus familias (hijos, padres, hermanos y suegros y cuñados) le pertenece a la empresa donde trabaja, a su religión, a la sociedad, si es frivola le pertenece a unas cuantas marcas, en pocas palabras, no es dueña de nada. Ese rollo de que la mujer es dueña de su propio destino pega hasta que embaraza, ahí ya se jodió, pues su destino era terminar embarazada, fin de la historia.

La discusión sobre el aborto, enturbiada como siempre por las cuestiones religiosas, va más allá de otorgarle un derecho a la mujer sobre su cuerpo: el decidir si interrumpe o no su embarazo, la cuestión es más profunda y amplia, al hacer conciente a la mujer de que es dueña de su cuerpo, puede llevarla, para desgracia de muchos, a ser consiente de otras cosas de las que no es dueña pero debería serlo.

La discusión, los juicios y las críticas sobre la iniciativa de despenalizar el aborto (hasta las 12 semanas de gestación) en el DF son bastante sosas, por un lado los religiosos, por el otro las feministas, y nadie se sumerge realmente en este asunto. (de antemano declaro que yo tampoco)

Por ejemplo nadie insiste en hablar del padre, ¿o acaso las mujeres se embarazan solas? Nadie habla de meter a la carcel a las mujeres que abortan en el extranjero, ¿o es que ya estando en otro país la vida es menos sagrada que en México? Sobre las opciones al aborto ¿el Estado se ha mostrado responsable? ¿las organizaciones sociales se han visto dispuestas a crear dichas opciones? ¿la misma sociedad esta dispuesta a brindarle alternativas a una mujer que ha decidido abortar? No.

Hace unos años en Ciudad Juárez alguien sugirió que se abrieran guarderías para las madres solteras, una regidora panista dijo que no, que hacer eso haría a las mujeres más promiscuas y menos responsables.

En el otro extremo, una feminista me dice que en caso de un embarazo por violación, el aborto no sólo debería ser permitido, sino obligatorio, “imaginate que el producto de ese ultraje sea un niño, otro pinche violador, y si es niña, otra víctima de esos cabrones, mejor no arriesgarle, aborto y ya”

Otro amigo, quien si pudiera quemaría todas las iglesias, (empezando por las catolicas) me dice: Si la virgen María hubiera sabido que Dios mataría a su único hijo a los 33 años, seguro que habría abortado, y así nos habría salvado a todos de una religión tan pendeja

En su novela “Principes de Maine” (The cider house rules), John Irving lleva la discusión sobre el aborto a terrenos poco explorados, lo hace desde un orfanatorio, los que discuten siempre son el huérfano Homer Wells y su tutor el Dr. Larch. Wells le ha dicho al doctor que él jamas “acabaría con una vida humana”, supone que todos en este mundo merecen una oportunidad, y un claro ejemplo de eso es él. A lo que el doctor le responde:
te regresaron de tres hogares, simplemente no les gustastes, sigues aquí y si no hacemos nada seguirás aquí, nadie quiere a un huérfano, la gente cree que este es el lugar donde deben de estar. Eso por un lado, sobre la vida humana te falta mucho tiempo para entenderla.
El doctor Larch le cuenta entonces cuándo y como decidió empezar a practicar abortos, un día se negó a practicarle el aborto a una joven, lo hizo por considerarlo inmoral, y contrario al juramento hipocrático, dos días después la joven regresó a la clínica donde murió desangrada frente a él a causa de un aborto mal practicado, cuando él la reconoció, tambien reconoció su error: por proteger una vida que aun no existía, descuidó otra que tenía frente a sus ojos.
No quiero que pases por eso le dice a Homer Wells, su huérfano preferido, tu sabes si lo haces a no, pero te voy a enseñar el procedimiento.
Los que como yo al llegar a esta parte evitaron las otras 300 páginas de la novela y optaron por la película protagonizada por Michael Caine y Tobey Maguire, saben que el joven Homer Wells enfrenta su destino cuando descubre que la hija del capataz ha quedado embarazada de su propio padre, quien lleva años violándola. Ahí el joven Wells recuerda las palabras de tutor y acepta a medias que de vez en cuando tenía razón.

Elegí esos ejemplos porque en la discusión nadie se ha acercado al centro del asunto.

Primero nadie habla de la mujer, esta criatura pasa a segundo plano cuando de lo que se trata es de que protejamos las vidas por venir, no importa la inseguridad, el machismo imperante, la discriminación, lo que importa es que se proteja toda vida humana, pues hasta lo microscopico ya es un ser vivo, que la pobre mujer que mide un metro cincuenta la golpea el marido cuando esta no cede a sus deseos naturales, eso no importa, lo que nos preocupa es esa vida del tamaño de la cabeza de un alfiler.
En esta cuestión la iglesia se ha mostrado más hipocrita que de costumbre, defiende esas vidas microscopicas e incluso ha amenazado al Estado con marchas y no se que tanta cosa, si así fuera para defender la vida de que cada mujer viva de este país, creo que yo sería católico, sin embargo la iglesia se razga sus caras vestiduras a favor de los que no existen, tal vez creyendo que en el futuro, por simple gracia divina, la iglesia católica será algo mejor.

Tambien han evitado hablar sobre el otro responsable de los embarazos, el hombre, curiosamente este ha salido bien librado de esta ley, incluso, me atrevo a decir, beneficiado, ahora si podrá darle duro al asunto pues el aborto ya es legal, no pasa nada, creo que esta ley requiere una mejora, y esta sería que el hombre en cuestión asista junto a su pareja a la clinica u hospital donde la mujer vaya a practicarse el aborto, y no sólo llevarla a la puerta de la clínica como se acostumbra, sino entrar a todo el procedimiento, y ahí tal vez entienda la magnitud del asunto, y entienda que el tambien es responsable de lo que acaba de pasar su pareja.

Y volviendo con la regidora panista, con la que para nada estoy de acuerdo pero que usó una palabra importante: responsabilidad.
Esa es la base de todo, no se trata de darle un derecho a la mujer y dejarle toda la carga legal, moral y ética que significa decidir el destino de una vida humana. Se trata de que todos seamos responsables, y que le exijamos lo mismo al gobierno y a la iglesia, ser tolerantes, ser razonables, la educación sexual sin censura es algo urgente, limitar la oferta sexual en el televisor es necesario, y ahí la sociedad es la que debe decidir, no es posible que la clase poderosa se imponga en el salón de clases, y no pueda imponerse en el televisor.

Si la iglesia exige que caiga todo el peso de la ley divina sobre este gobierno infame, ojala pida lo mismo para sus sacerdotes pederastas, y ojalá empiece a nombrar mujeres para que ocupen los sitios de la alta jerarquía católica.

De aprobarse esa ley en el DF, no significará que la práctica del aborto vaya a aumentar, pero si le dará más conciencia a la mujer de que hay cosas en este mundo que le pertenecen, y que van más allá de su cuerpo, el derecho a interrumpir un embarazo no deseado, no es sólo eso, al otorgarle este, la mujer puede exigir otros derechos que con el tiempo y de manera sistemática se le han ido quitando.

Bonus track feminista:Si los que resultaran embarazados fueran los hombres, la humanidad ya se habría extinguído, el aborto no sería legal ni obligatorio, sería la cosa más natural del mundo.